LA BIBLIOTECA MUSEO VÍCTOR BALAGUER,

UNA INSTITUCIÓN CENTENARIA

La Biblioteca Museo Víctor Balaguer, inaugurada el 26 de octubre de 1884, fue fundada por el escritor y político que le da nombre. Es uno de los primeros edificios en Cataluña construidos de nueva planta con la finalidad específica de mostrar colecciones al público y facilitar el acceso a la cultura.

La colección original estaba formada por el conjunto de libros y objetos artísticos que el fundador había reunido a lo largo de su vida, junto con numerosas donaciones que hicieron crecer el fondo desde el primer momento. El edificio había sido diseñado por el maestro de obras Jeroni Granell, que lo concibió como un templo clásico, coronado por una cúpula central y con dos alas simétricas destinadas respectivamente a Biblioteca y a Museo.

La fachada está presidida por el lema “Surge et Ambula” (en latín, Levántate y camina). Flanquean la entrada las esculturas de dos vilanovins ilustres: el poeta romántico Manuel de Cabañas (del escultor Josep Campeny) y el arzobispo Francisco Armanyà (de Manel Fuxà). Los esgrafiados que ornamentan las paredes de las fachadas frontales y laterales muestran diferentes escenas alegóricas sobre el arte, la literatura y las ciencias, con diferentes símbolos que hacen referencia a la masonería, organización a la cual pertenecía el fundador.

 

LA BIBLIOTECA MUSEU VÍCTOR BALAGUER, UNA INSTITUCIÓN CENTENARIA

La Biblioteca Museo Víctor Balaguer, inaugurada el 26 de octubre de 1884, fue fundada por el escritor y político que le da nombre. Es uno de los primeros edificios en Cataluña construidos de nueva planta con la finalidad específica de mostrar colecciones al público y facilitar el acceso a la cultura.

La colección original estaba formada por el conjunto de libros y objetos artísticos que el fundador había reunido a lo largo de su vida, junto con numerosas donaciones que hicieron crecer el fondo desde el primer momento. El edificio había sido diseñado por el maestro de obras Jeroni Granell, que lo concibió como un templo clásico, coronado por una cúpula central y con dos alas simétricas destinadas respectivamente a Biblioteca y a Museo.

La fachada está presidida por el lema “Surge et Ambula” (en latín, Levántate y camina). Flanquean la entrada las esculturas de dos vilanovins ilustres: el poeta romántico Manuel de Cabañas (del escultor Josep Campeny) y el arzobispo Francisco Armanyà (de Manel Fuxà). Los esgrafiados que ornamentan las paredes de las fachadas frontales y laterales muestran diferentes escenas alegóricas sobre el arte, la literatura y las ciencias, con diferentes símbolos que hacen referencia a la masonería, organización a la cual pertenecía el fundador.

VÍCTOR BALAGUER I CIRERA (1824-1901)

Víctor Balaguer nació en Barcelona el 11 de diciembre de 1824. Era hijo de un escribiente de ideología liberal, el cual murió cuando su hijo tenía diez años. Como literato, historiador y político, Balaguer fue una figura clave en las dos corrientes principales del siglo XIX: el Romanticismo y el liberalismo político. Su vertiente de literato empieza muy pronto. A los catorce años escribió su primera obra de teatro, «Pepín el Jorobado o el Hijo de Carlomagno», representada rápidamente en diferentes teatros de Barcelona. Inició los estudios de Derecho, abandonándolos muy pronto para dedicarse a la literatura.

Paralelamente a su faceta de escritor, Balaguer dedicó buena parte de su vida al estudio de la historia de Cataluña y de la Corona de Aragón y a la defensa de la lengua y la identidad catalanas desde los postulados románticos de la época. Balaguer fue un activo del movimiento cultural de la Renaixença y contribuyó en la restauración de los Jocs Florals de Barccelona. En la edición de 1861 recibió el título de Mestre en Gai Saber. También es el autor de numerosas novelas y piezas de teatro. Su obra más ambiciosa es el drama épico «Los Pirineus», con música de Felip Pedrell.

Como historiador, fundó la Cátedra de Historia de Cataluña, desde la cual publicó, entre los años 1860 y 1863, su obra «Historia de Cataluña y de la Corona de Aragón» y posteriormente «Las calles de Barcelona», un estudio que se utilizó como base del actual nomenclátor del Eixample barcelonés.

Balaguer destacó también por su participación activa en el terreno de la política. Su primera experiencia en este ámbito fue en la Diputación Provincial de Barcelona, entre los años 1862 y 1866, la cual significó el principio de una larga trayectoria como político electo. Su complicidad en la conspiración liberal del General Joan Prim y Prats, conllevó el exilio de Balaguer a Francia, donde entabló amistad con Frederic Mistral y la asociación Félibrige, protectora y cultivadora de la lengua occitana. En 1867 vuelve de su exilio y se adentra plenamente en la política. Desempeña cargos de gran envergadura en los gobiernos de la Monarquía, en los cuales ocupó, durante la década de 1870, las carteras ministeriales de Fomento y de Ultramar. Igual que otros políticos liberales del momento, Balaguer fue un miembro relevante de la masonería.

En el año 1875 ingresó en la Real Academia de la Historia y en 1883 lo hizo en la Real Academia Española, con el discurso «Las literaturas regionales». Víctor Balaguer fue amigo personal de los principales escritores y políticos de la época: Marcelino Menéndez Pelayo, Práxedes Mateo Sagasta, Emilio Castelar y Antonio Cánovas del Castillo, entre otros.

Sin descendencia, Balaguer decidió destinar su patrimonio a la creación de una institución cultural, simultáneamente biblioteca y museo, formada a partir de sus colecciones. De esta forma, se hizo realidad un proyecto que tiene como sede la ciudad de Vilanova i la Geltrú.

Víctor Balaguer murió en Madrid, el 14 de enero de 1901. Su cuerpo fue trasladado a Vilanova i la Geltrú, para ser enterrado en el cementerio de la ciudad.

 

VÍCTOR BALAGUER I CIRERA
(1824-1901)

Víctor Balaguer nació en Barcelona el 11 de diciembre de 1824. Era hijo de un escribiente de ideología liberal, el cual murió cuando su hijo tenía diez años. Como literato, historiador y político, Balaguer fue una figura clave en las dos corrientes principales del siglo XIX: el Romanticismo y el liberalismo político. Su vertiente de literato empieza muy pronto. A los catorce años escribió su primera obra de teatro, «Pepín el Jorobado o el Hijo de Carlomagno», representada rápidamente en diferentes teatros de Barcelona. Inició los estudios de Derecho, abandonándolos muy pronto para dedicarse a la literatura.

Paralelamente a su faceta de escritor, Balaguer dedicó buena parte de su vida al estudio de la historia de Cataluña y de la Corona de Aragón y a la defensa de la lengua y la identidad catalanas desde los postulados románticos de la época. Balaguer fue un activo del movimiento cultural de la Renaixença y contribuyó en la restauración de los Jocs Florals de Barccelona. En la edición de 1861 recibió el título de Mestre en Gai Saber. También es el autor de numerosas novelas y piezas de teatro. Su obra más ambiciosa es el drama épico «Los Pirineus», con música de Felip Pedrell.

Como historiador, fundó la Cátedra de Historia de Cataluña, desde la cual publicó, entre los años 1860 y 1863, su obra «Historia de Cataluña y de la Corona de Aragón» y posteriormente «Las calles de Barcelona», un estudio que se utilizó como base del actual nomenclátor del Eixample barcelonés.

Balaguer destacó también por su participación activa en el terreno de la política. Su primera experiencia en este ámbito fue en la Diputación Provincial de Barcelona, entre los años 1862 y 1866, la cual significó el principio de una larga trayectoria como político electo. Su complicidad en la conspiración liberal del General Joan Prim y Prats, conllevó el exilio de Balaguer a Francia, donde entabló amistad con Frederic Mistral y la asociación Félibrige, protectora y cultivadora de la lengua occitana. En 1867 vuelve de su exilio y se adentra plenamente en la política. Desempeña cargos de gran envergadura en los gobiernos de la Monarquía, en los cuales ocupó, durante la década de 1870, las carteras ministeriales de Fomento y de Ultramar. Igual que otros políticos liberales del momento, Balaguer fue un miembro relevante de la masonería.

En el año 1875 ingresó en la Real Academia de la Historia y en 1883 lo hizo en la Real Academia Española, con el discurso «Las literaturas regionales». Víctor Balaguer fue amigo personal de los principales escritores y políticos de la época: Marcelino Menéndez Pelayo, Práxedes Mateo Sagasta, Emilio Castelar y Antonio Cánovas del Castillo, entre otros.

Sin descendencia, Balaguer decidió destinar su patrimonio a la creación de una institución cultural, simultáneamente biblioteca y museo, formada a partir de sus colecciones. De esta forma, se hizo realidad un proyecto que tiene como sede la ciudad de Vilanova i la Geltrú.

Víctor Balaguer murió en Madrid, el 14 de enero de 1901. Su cuerpo fue trasladado a Vilanova i la Geltrú, para ser enterrado en el cementerio de la ciudad.